Las salvajes críticas a Austin Butler ponen al descubierto los absurdos estándares corporales masculinos de Hollywood

Ganar tanto músculo como sea humanamente posible se ha convertido en un rito de paso para cualquiera que quiera convertirse en un actor principal en Hollywood; desde el ridículo aumento de peso de Chris Hemsworth para sus muchos papeles como Thor hasta la peligrosamente efectiva masa muscular de Zac Efron para La garra de hierro, es seguro decir que el listón de lo que constituye un físico de lista A ha cambiado enormemente en la última década.

Nunca ha quedado tan claro como en la inesperada y no solicitada reacción que Austin Butler, la estrella de Elvis , ha recibido tras el estreno de Masters of the Air en Apple TV a principios de este año. En concreto, fue después de que un post que detallaba su innegablemente intenso e impresionante régimen de entrenamiento para el programa aterrizara en las redes sociales a principios de este mes cuando el vitriolo se desató.

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Butler y sus compañeros de reparto, que se entrenaron bajo la dirección del capitán Dale Dye, veterano condecorado y asesor de las estrellas, siguieron un régimen de entrenamiento centrado en una gran cantidad de movimientos con el peso corporal al estilo militar, como flexiones, abdominales, dominadas y, lo que es más sorprendente, mucho béisbol. El resultado es una versión de Butler más delgada y, sin duda, más en forma que nunca.

Sin embargo, lo que Butler no hizo fue ponerse en cuclillas y engullir calorías hasta engordar como un toro de lidia. Esto habría sido históricamente inexacto, habría dado lugar a un personaje totalmente alejado de la realidad de la Segunda Guerra Mundial -donde no solo los recursos eran increíblemente escasos, sino que la cultura en torno a la salud y la forma física era irreconocible en comparación con la actual- y también habría sometido al cuerpo de Butler a una presión innecesaria.

Y sin embargo... cuando las publicaciones publicaron sus artículos sobre el régimen de entrenamiento - adornados con titulares como "Cómo Callum Turner y Austin Butler se hicieron trizas para 'Masters of The Air' " - fueron recibidos, simplemente, con burlas en los comentarios: "¿Está 'shredded' en la sala con nosotros ahora?", bromeó uno, "¿Les han triturado?", preguntó otro, y "Triturado ha abandonado el chat" bromeó un tercero. Todos estos comentarios reciben cientos de "me gusta" cada uno.

La gente tiene derecho a opinar, por supuesto, pero para mí, esto es un signo de cómo los estándares corporales cada vez más absurdos de Hollywood, en combinación con una máquina de fitness masivamente rentable en las redes sociales, han llegado a deformar totalmente lo que consideramos un cuerpo masculino sano y en forma. Naturalmente, creo que esto también se aplica a las mujeres -y podría decirse que ha sido así durante mucho más tiempo con normas mucho más estrictas-, pero para los hombres, este es un fenómeno bastante nuevo.

El problema no es el aumento del nivel de exigencia en sí mismo; el problema es que los cuerpos que se toman como referencia para este nivel -pensemos en Hemsworth o Chris Bumstead- no son físicos creados de forma natural. Más bien, son físicos sometidos a un régimen de fitness implacable, caro y ampliamente inaccesible, financiado por los estudios de Hollywood y, lo que es peor, enriquecido con el ingrediente secreto de Hollywod: Vitamina T.

En un artículo reciente de DMARGE, reseñamos el debate de Joel Kinnaman sobre este tema en el podcast Rich Roll:

"¿Cuál es la realidad de la cultura del entrenador de Hollywood?", se pregunta Rich. Kinnaman responde directamente que "en realidad, nadie podría tener ese aspecto entrenando en su garaje", y socava gran parte de lo que creemos saber sobre la cultura del gimnasio -que entrenar duro, hacer los ejercicios adecuados y levantar grandes pesos es la clave para ganar músculo- en la siguiente frase, brutalmente cierta:

"Es sobre todo dieta y 'Vitamina T'"Joel Kinnaman

¿Qué es exactamente la legendaria "vitamina T"? Bueno, cualquiera que siga la cultura del fitness mínimamente de cerca probablemente adivinará que Kinnaman se refiere a la testosterona.

Butler está siendo atacado en Internet por no aceptar esta expectativa. No se sabe si lo hizo por la exactitud hsiotricla de su representación o porque tiene una objeción moral al respecto y, francamente, no importa. En cualquier caso, demuestra que el listón para los cuerpos masculinos se está poniendo peligrosamente alto, y la salud mental de los hombres sufrirá inevitablemente como resultado.