La postura más peligrosa a la hora de hacer el amor
¿Sabes cuál es la postura más peligrosa al hacer el amor? Aquí te desvelamos el misterio
Hay gente que se toma muy a pecho eso de que la llama del amor siga encendida. Todos sabemos que los primeros meses, o siendo benevolentes, el primer año, poco se sale de la cama cuando se está en pareja. Cariño, tenemos que comer, da igual, ya te como yo a ti; Cariño, tenemos que ir a la ducha, bueno, pues allí seguimos dándole duro; cariño, tenemos que volver a ducharnos, mira como nos hemos puesto, bueno, pero de paso, le damos duro otra vez. No paramos, parecemos conejos. Pero luego llega la rutina, todo se hace más pesado y te tienes que buscar alternativas para que aquello siga siendo como el primer día. Desengáñate: nunca va a ser como el primer día. Además, no sería sano, en lo único que estarías pensando en estar dándole al sexo 24 horas al día y, aunque parezca sano, no, no lo es. Te lo repetimos, NO LO ES.
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Una de las maneras que tenemos para que el sexo siga siendo algo divertido es probar con diferentes posturas sexuales. Algunos van tan lejos que aquello, en lugar de ser una sesión de sexo salvaje se convierte en un ensayo del Circo del Sol y hay posturas, ciertamente, que pueden poner en peligro nuestra integridad física. Pues bien, ¿Sabes cuál es la postura más peligrosa que se puede adoptar a la hora de hacer el amor?
Pues es cuando la mujer (o el hombre, claro) está encima. Cuando es ella (o él) la (o el) que lleva las riendas. Cuando ella (o el) se pone en plan cowboy y te cabalga como si no hubiese un mañana. Te lo repetimos tantas veces porque sabemos que llevas un tiempo sin catar cama. Para que lo recuerdes.
Un grupo de científicos brasileños ha determinado que la mayoría de fracturas de pene (¿Duele nada más leerlo, verdad?) se producen cuando, durante el acto amatorio (¿Suena fatal, verdad?). La postura más segura es, claro, el misionero. Pero también es la más aburrida. Si durante el acto sexual escuchas un CRAC, enhorabuena, vete al hospital más cercano.
La postura sexual más peligrosa cuando se hace el amor es cuando ella (o él) está encima. Pero merece la pena correr ese riesgo, ¿Verdad?
