Flujo de yoga para los propósitos de Año Nuevo (que sólo se puede hacer una vez)
¡Es enero! ¡Un nuevo año! ¡Y un año nuevo significa un nuevo yo!
No me importa si cada día de cada año me ha dado la oportunidad de ser una mejor versión de mí mismo. Haré que cada día de 2024 sirva para reinventarme.
Mi primera resolución es hacer un flujo de yoga que me despierte, me centre y me enraíce cada mañana. Independientemente de mi juerga de Nochevieja, me levantaré con intención temprano el día de Año Nuevo gracias al ritmo de mi reloj corporal interno, simplemente porque será un nuevo año y seré un mejor yo.
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El 1 de enero me propongo evitar el café al entrar en mi esterilla. Aunque llevo años bebiendo cuatro tazas de café al día, en lugar de eso, me relajaré en mi espacio con una botella de agua llena de agua con iones positivos. Allí me aislaré y me concentraré. Aunque me duela la cabeza, respiraré profundamente para generar cafeína en mi centro.
Decido programar mi flujo de yoga cada día para que cuando comience mi primer Saludo al Sol, el Sol esté saliendo por el este y calentando mi cara. Eso significa que cuando me reúna con mi esterilla la mañana del 1 de enero, comenzaré mi Flujo de Yoga Resuelto a las 7:12 a.m., que es tres minutos antes de que mi teléfono diga que saldrá el sol, porque me tomará precisamente esa cantidad de tiempo fluir en el Saludo al Sol. El 2 de enero, comenzaré mi flujo a las 7:11 a.m. Y así sucesivamente.
Decido inclinar mi esterilla los grados que sean necesarios cada mañana para orientarme perfectamente hacia el Sol para mi Saludo al Sol. Decido aprender cómo gira el Sol en el cielo a un nivel copernicano. Al hacer esto, me acercaré más a la iluminación total que me he propuesto alcanzar en febrero.
Me propongo no apresurar nunca mi respiración ni mis posturas en 2024. Incluso si tengo COVID y tengo que toser, toseré en silencio y con intención, y la tos no afectará a mi respiración fluida. En realidad, decido no tener COVID en 2024.
Aunque nunca he sido capaz de practicar la parada de cabeza, me propongo hacerla con fuerza y orgullo el día de Año Nuevo. Después de todo, será un nuevo año y una nueva yo. Mientras esté cabeza abajo, me centraré en mis otros propósitos, que incluyen ser más regular en el uso del limpiador de baño y del hilo dental. Esto me hará virtuosa, que es otro de mis propósitos.
Decido no tambalearme en mi práctica de yoga en 2024. Y si me tambaleo, no me juzgaré, ni siquiera por un milisegundo.
En cada Savasana en la que me acomodo a lo largo del nuevo año, me propongo tumbarme con la mente, el alma y el espíritu perfectamente despejados. Ni por un momento pensaré en lo que tengo que hacer cuando me levante de la esterilla. Es mi propósito.
Decido que cuando me levante de mi esterilla el 1 de enero, la limpiaré por primera vez en cuatro años. Durante 365 días, me propongo limpiar a fondo mi esterilla con un limpiador eco-orgánico, no comedogénico, sin gluten y vegano que se disuelva en el éter, propagando así la mejora y la alegría.
Después de cada práctica, enrollaré perfectamente mi esterilla y la colocaré con cariño junto a la pila de libros de 800 páginas y 16 diarios vacíos que me he propuesto leer y llenar en 2024.
Resuelvo hacer todo este yoga iluminado con gratitud porque es mi resolución hacerlo.
Resuelvo ser feliz y llevar felicidad a cada ser que encuentre en 2024. ¡Feliz Año Nuevo!
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