¿Cómo sobreviven algunas personas a caídas desde grandes alturas?

¿Cómo sobreviven algunas personas a caídas desde grandes alturas?

¿Cómo sobreviven algunas personas a caídas desde grandes alturas?

Varios factores clave influyen en las posibilidades de supervivencia de una persona si cae desde una gran altura. (Crédito de la imagen: Shutterstock)

La historia de un niño de 13 años de Dakota del Norte que sobrevivió a una caída de casi 30 metros desde el borde norte del Gran Cañón del Colorado conmocionó al mundo en el verano de 2023. Sin embargo, su caso no es único. A lo largo de los años, varias personas han aparecido en los titulares por haber sobrevivido a caídas que desafiaban las probabilidades. En el extremo de la escala, y quizá el ejemplo más famoso, está el extraordinario caso de Vesna Vulović, una azafata de vuelo que sobrevivió a una caída de más de 10.000 metros desde un avión sin paracaídas en la década de 1970.

Entonces, ¿cómo es posible sobrevivir a caídas desde alturas tan asombrosas?

Uno de los primeros factores a tener en cuenta, por supuesto, es la altura exacta a la que uno se encuentra cuando cae. "En general, decimos que si alguien cae desde 15 metros [48 pies], lo que equivale a unos cuatro pisos, morirá en un 50% de los casos", explica a Live Science el Dr. Demetrios Demetriades, profesor de cirugía de la Facultad de Medicina Kerk de la Universidad del Sur de California. "Si alguien cae desde más de 18 m [60 pies], suele ser letal, y es extremadamente improbable, o un milagro, que un paciente caiga desde más de 24 m [80 pies] y sobreviva".

Pero otro factor importante es si una persona estaba en caída libre, lo que se reduce a un principio fundamental de la física. "Cualquier objeto que cae desde una gran altura alcanza algo llamado velocidad terminal, que es la razón por la que funcionan los paracaídas", explicó a Live Science Anette Hosoi, profesora de ingeniería mecánica del MIT.

Un hombre sobrevive a una caída de 18 metros en el volcán Kilauea de Hawaii

Cuando caes, la principal fuerza que actúa primero sobre ti es la gravedad, explica. Sin embargo, a medida que se acelera, la resistencia del aire resiste cada vez más el movimiento descendente. En algún momento, esta resistencia del aire equilibra exactamente la atracción de la gravedad, de modo que sigues cayendo a la misma velocidad.

"Si tienes un paracaídas con una gran superficie que resiste el flujo de aire, tu velocidad terminal es de 16 km/h, lo que está bien", explica. "Si eres una persona sin paracaídas, puede ser -dependiendo de si estás vertical u horizontal- de unas 150 millas por hora [241 km/h], lo que obviamente es un problema".

La forma de aterrizar es crucial para sus probabilidades de supervivencia.

"Todo depende de la velocidad a la que vayas y de lo rápido que te detengas", explica Hosoi. Si aterrizas en una pendiente, por ejemplo, quemarás gradualmente toda la energía de la caída mientras te deslizas hacia abajo, lo cual es mejor que detenerse bruscamente, dijo. La parte del cuerpo sobre la que aterrizas también influye en tu suerte.

"La peor forma de caerse es de cabeza", afirma Demetriades. "Probablemente, si te caes de pie, tengas más posibilidades de sobrevivir, pero, de nuevo, es algo multifactorial".

Según Demetriades, la edad también influye en las posibilidades de supervivencia de las víctimas de caídas. A menudo, los casos de caídas que aparecen en las noticias afectan a niños, como el del niño de Dakota del Norte u otro caso reciente de un niño de 6 años que sobrevivió a una caída de 12 m [40 pies] desde una tirolina en México.

Esto puede no ser necesariamente una coincidencia. "Si se comparan las caídas desde la misma altura, víctimas menores de 15 años frente a mayores de 65, la tasa de mortalidad en el grupo de más edad es unas cinco veces mayor", afirma Demetriades.

"Los niños suelen recuperarse mucho mejor", afirma. "Tienen muchas reservas fisiológicas y, en segundo lugar, sus cuerpos, especialmente sus huesos, están diseñados para soportar tensiones mucho mayores".

Para Hosoi, la explicación está en la velocidad terminal. A un niño pequeño le puede ir mejor porque su relación superficie/peso es mayor, señala, de modo que hay más resistencia del aire para frenar su caída.

Entonces, ¿qué debe hacer si alguna vez se encuentra en esta desafortunada situación?

"Es muy difícil reaccionar con eficacia, pero si tienes tiempo, intenta frenar la caída; por ejemplo, si hay otra roca, un árbol o algo", explica Demetriades. "En segundo lugar, intenta caer de pie. Te harás fracturas graves, pero son tratables. No quieres una lesión grave en la cabeza o en la médula espinal, que te dejará paralítico el resto de tu vida".

Además, haz que tu velocidad terminal sea lo más pequeña posible haciendo que tu superficie sea lo más grande posible, por ejemplo, "llevando ropa holgada o poniéndote un paracaídas o extendiéndote", añade Hosoi. "Lo segundo es aterrizar sobre algo blando que ceda más fácilmente que tú, porque cuando choques, no querrás ser lo más fácil de romper. Quieres aterrizar sobre un arbusto o algo que se vaya a romper antes que tú".

En cuanto al famoso caso de Vulović, se cree que sobrevivió gracias a que quedó inmovilizada en el cuerpo principal del avión por un carro de comida al caer y luego aterrizó en un ángulo especialmente favorable en la espesa nieve de una zona boscosa.

Los médicos también señalaron que su baja presión arterial probablemente hizo que se desmayara rápidamente una vez que la cabina se despresurizó, lo que pudo impedir que su corazón estallara al caer al suelo. Los impactos de alta energía, como las caídas desde gran altura o las colisiones automovilísticas, son causas frecuentes de rotura cardiaca, en la que las paredes, los músculos o las válvulas del corazón se rompen. Padecer hipertensión arterial puede aumentar el riesgo de sufrir un episodio de este tipo.

Este artículo sólo tiene fines informativos y no pretende ofrecer consejos médicos.

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