Así nos afecta el calor psicológicamente
El calor no solo hace que sudemos más, también afecta a nuestro cerebro.
Durante los meses más calurosos del verano todos intentamos seguir todos aquellos consejos que nos ayudan a prevenir un golpe de calor o una insolación. Ponerse protector solar, no exponerse al sol en las horas centrales del día o beber mucha agua son consejos importantes que debemos seguir si queremos permanecer sanos. Sin embargo, el calor también nos afecta a nivel psicológico y pocas veces se nos habla de qué debemos hacer para que esto no ocurra.
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Si has notado que durante el verano estás más irascible, más irritable y más cansado, no es cosa tuya. Nuestro cuerpo se esfuerza tanto en mantener una temperatura adecuada a pesar de las altas temperaturas que esto le acaba restando concentración de otras funciones.
Este sobreesfuerzo que nuestro cuerpo necesita hacer para soportar el calor hace que estemos más cansados de lo normal. Pero a pesar de estar más cansados, nuestra rutina sigue siendo la misma: ir a trabajar, realizar todas nuestras tareas, entrenar, etc. Lo que esto provoca es que nos volvamos más irascibles debido al continuo cansancio que sentimos, aparentemente sin motivo.
Esto quiere decir que las medidas que solemos tomar para refrescarnos no solo nos ayudarán a sudar menos o a no sufrir un golpe de calor, también son necesarias para mantener seguir realizando todas nuestras actividades sin que nos de un calentón y acabemos gritándole a la primera persona que se cruce con nosotros.
Aunque sabemos que no es posible pasarse el día metido en remojo cuando tienes que seguir trabajando durante el verano, intenta escuchar a tu cuerpo en la medida de lo posible. Es probable que tu cuerpo te esté pidiendo una siesta, una ducha fría o irte antes a la cama para descansar y compensar ese esfuerzo extra que tiene que hacer para defenderse del calor.
