Así ha cambiado el cuerpo de este adicto a los cereales en tres años
Así ha cambiado el cuerpo de este adicto a los cereales en tres años
Su adicción a los cereales le llevó a comer hasta 13 platos al día. Así ha cambiado su cuerpo en tres años.
Rescatan a un mono adicto a la comida basura
Estos son los cinco alimentos más adictivos
El cuerpo masculino ideal: Cómo ha cambiado el físico masculino "perfecto
El cuerpo masculino ideal: Cómo ha cambiado el físico masculino "perfecto
Todos tenemos alimentos favoritos que nos encantaría comer a diario y varias veces al día, pero hay que saber controlarse si no queremos poner en riesgo nuestra salud. Cualquier cosa tomada en exceso puede ser perjudicial. Quizás un bol de cereales para desayunar pueda ser algo saludable, pero si empezamos a abusar de este alimento azucarado, nos pasará factura.
Esto es lo que le ocurrió a Phillip Patrick, un chico de 19 años que adoraba los cereales, aunque los introducía con moderación dentro de su vida saludable. Phillip tenía un peso saludable y se cuidaba, pero su pasión por los cereales empezó a dispararse.
Hace tres años, probó a comer en un día 13 platos de cereales, a los que además añadía unas cuantas cucharas de azúcar a cada uno. Lo que parecía ser una hazaña de un día, se convirtió en un hábito y comenzó a hacerlo cada vez más a menudo, hasta que pasó a ser algo diario.
Durante tres años, este joven estuvo comiendo 13 platos de cereales al día con 138 cucharadas de azúcar en ellos. Cada semana, Phillip tomaba hasta 7 litros de leche.
En este tiempo ganó más de 26 kilos y su salud se deterioró debido al azúcar. Llegado un momento, supo que tenía que pedir ayuda para frenar esta adicción que asegura que estaba afectando incluso a su vida de pareja con Sophi, su esposa y madre de su hijo.
“Sophie se enfadaba porque si salíamos a cenar, solo me pedía un pastel de chocolate y me lo acababa en 3 minutos”, cuenta Phillip, quien confiesa que su adicción también afectaba a su vida sexual. “El sexo solía ser regular y ahora raramente pasa”.
Phillip reconoce que se trata de una adicción a los cereales ya que cuando no los está comiendo se irrita mucho. “Necesito recuperar mi vida”, confiesa.
