Un año desde el accidente de Schumacher
Hace ya un año desde que comenzó la pesadilla de Michael Schumacher. Doce meses desde que el heptacampeón del mundo de Fórmula 1 sufriera un gravísimo accidente mientras esquiaba en Los Alpes franceses, se golpeara la cabeza contra una roca y tuviera que ser operado de urgencia por culpa de un traumatismo craneoencefálico.
El pasado verano salió del coma en el que llevaba medio año y después fue trasladado a su residencia en Suiza, donde continúa recuperándose en una habitación llena de máquinas. Su evolución es lenta e inconstante, demasiado desalentadora. Algunos médicos creen que se pasará el resto de su vida en una silla de ruedas sin poder hablar. Otros, que podrá llevar una vida prácticamente normal cuando se recupere. Para eso aún queda tiempo.
Pero por fin llega una buena noticia. El cerebro de Schumacher ha sido capaz de reaccionar ante las emociones. Según la prensa italiana, el alemán ha llorado. Las lágrimas son una respuesta del cerebro ante los estados de ánimo, una señal de que algo despierta dentro de él. Aunque aún no se sabe la razón porque, según informó hace pocos días su agente, Sabine Kehm, el expiloto no es capaz de reconocer a sus familiares todavía.
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La batalla aún se antoja muy larga, pero por fin llega una buena noticia: el cerebro de Schumacher parece que funciona.