Un accidente de moto dislocó el testículo de un hombre en el abdomen
Un accidente de moto sacó de su sitio el testículo de un hombre y se lo introdujo en el cuerpo, dejándole con fuertes dolores, según informan los médicos.
El traumatismo del choque había desplazado el testículo derecho del hombre desde su lugar habitual en el escroto -la fina bolsa de piel que normalmente alberga los dos testículos en el exterior del cuerpo- a través de un pequeño conducto de la ingle hasta el abdomen.
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El conducto, conocido como canal inguinal, suele tener entre 4 y 6 centímetros de longitud en los adultos. El conducto se forma cuando los genitales externos salen del abdomen, donde se desarrollan inicialmente en el embrión. Tanto el aparato reproductor masculino como el femenino tienen este conducto, aunque los sexos difieren en el tipo de estructuras que contiene.
Es raro que un traumatismo o lesión disloque los testículos de su lugar en el escroto, señalaron los médicos del hombre en un informe reciente, publicado el 26 de septiembre en la revista BMJ Case Reports. Sin embargo, según una revisión de la literatura, alrededor del 80% de los casos registrados se dan en hombres de unos 20 años que han sufrido un accidente de moto. Pero sólo en raras ocasiones -en torno al 6% de los casos- los testículos llegan hasta el abdomen.
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En el caso reciente, los médicos tuvieron que extraer primero la sangre acumulada en la ingle del hombre y calentar el testículo privado de oxígeno hasta que recuperó su color normal. A continuación, reposicionaron quirúrgicamente el testículo derecho del hombre mediante un tipo de cirugía denominada orquidopexia. (Este procedimiento también se utiliza en niños con un defecto congénito común en el que un testículo no desciende completamente durante el desarrollo temprano).
Los autores del informe señalaron lo difícil que puede ser para los médicos detectar una dislocación testicular. Esto se debe a que las lesiones graves y la sangre acumulada en la zona inguinal a causa de incidentes traumáticos pueden dificultar el examen físico del escroto. En un caso anterior, se tardó casi un año en diagnosticar a un paciente tras un accidente de moto. Estos retrasos pueden tener graves consecuencias; es necesario un diagnóstico rápido para evitar cualquier posible repercusión en la fertilidad y la producción hormonal, escriben los autores.
En este caso reciente, los médicos tardaron un poco en diagnosticar la luxación testicular. El hombre llegó al servicio de urgencias con un gran hematoma en el escroto, que es donde la sangre se escapa de las venas o arterias como consecuencia de un traumatismo y se acumula en el tejido circundante. Así que, al principio, los médicos no pudieron examinar correctamente los testículos del hombre y se centraron principalmente en tratar la hemorragia activa, así como en atender las extensas fracturas de la pelvis y asegurarse de que su vejiga estaba intacta.
Sin embargo, con la ayuda de una tomografía computarizada (TC), los médicos identificaron el testículo dislocado y lo colocaron en su sitio.
Al cabo de seis meses, los testículos habían vuelto a la normalidad, sin signos de daños duraderos en sus funciones importantes, como la producción de hormonas o de semen.