¿Qué hay que hacer para ser donante de médula?
Cómo ser donante de médula: todo lo que tienes que saber para hacerte donante.
Donar médula es un gesto altruista con el que puedes salvar la vida de alguien. Si estás pensando en hacerte donante de médula, te damos toda la información que necesitas saber antes de llevar a cabo este gesto tan valioso.
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¿En qué consiste donar médula?
Donar médula es un proceso médico relativamente sencillo que en ningún caso es peligroso para ti. A pesar de ser sencillo para ti, puede ser relevante para muchas personas, ya que con este gesto tan sencillo puedes salvar vidas. Donar médula es algo que se hace de forma voluntaria, altruista y anónima, y no es necesario que dones a una persona en concreto, puedes donar médula para que sea utilizada en cualquier persona que lo necesite.
Al contrario de lo que algunos piensan, la donación de médula no tiene nada que ver con tu médula espinal, así que no debes pensar que esta puede correr peligro. La donación de médula se refiere a la médula ósea y cuando donas estás entregando células madre de la sangre, unas células que se regeneran al 100%, por eso no es perjudicial para ti. Esto también significa que si quieres volver a donar más adelante, puedes volver a hacerlo, ya que tus células madre se habrán regenerado por completo. Esta es la única donación que podemos hacer en vida sin que suframos ninguna pérdida.
¿Qué requisitos debo cumplir para ser donante de médula?
Los donantes de médula ósea deben tener entre 18 y 55 años y estar perfectamente sanos. Los candidatos deben pasar una entrevista personal con el personal sanitario en la que deberán responder a preguntas sobre su salud o sobre si han pasado enfermedades graves anteriormente. En este proceso el donante puede aprovechar para resolver todas sus dudas sobre el procedimiento de la donación al que está a punto de someterse. Una vez esté todo claro, deberá firmar un documento en el que da su consentimiento para donar médula. Entonces se le realizará una analítica para determinar qué pacientes son compatibles con tu médula. Puede pasar entre uno y tres meses hasta que sepas si has sido compatible con la persona que necesita el transplante. Afortunadamente, entre el 90% y el 95% de los pacientes acaban encontrando donantes compatibles para someterse al trasplante.
Si resultas ser compatible con el donante, el centro médico se pondrá en contacto contigo para proceder a la extracción de tus células madres. Este proceso puede realizarse de dos formas distintas. El primero, extrayendo sangre y el segundo mediante inyecciones.
Para el primer proceso se necesita anestesia y un ingreso hospitalario de 24 horas. Con este método se extraen las células madre directamente desde la médula ósea mediante puncione aspirativas en la pelvis. Con el segundo método, el donante recibe un tratamiento específico los cuatro o cinco días previos a la intervención y posteriormente se le extrae la sangre, de la cual extraen los componentes necesarios y desechan el resto. Este proceso es más sencillo y el donante no necesita ser ingresado en el hospital.
¿Cómo se realiza el transplante?
Una vez que el personal sanitario tiene tus células madre y ha comprobado que son compatibles con las del paciente que las necesita, proceden a realizar el transplante. El primer paso es sanear la médula de la persona enferma mediante un tratamiento de quimioterapia y radioterapia, de esta forma se evita que posteriormente se produzca un rechazo. Una vez aplicado este tratamiento, ya se pueden suministrar al pacientes las nuevas células sanas procedentes de su donante. Este proceso no es doloroso y se realiza de forma intravenosa. Una vez realizado el procedimiento, las nuevas células se distribuirán hasta los lugares necesarios y sustituirán a las células dañadas. Una vez terminado el transplante, habrá que esperar unos días para comprobar que ha sido exitoso y que el paciente comienza a recuperarse correctamente. Sabremos que esto ha ocurrido cuando sus niveles sanguíneos vuelvan a la normalidad.
¿Hay posibilidad de rechazo?
A pesar de que el paciente debe seguir un tratamiento posterior al transplante para evitar que su cuerpo rechace las nuevas células, existe la posibilidad de que esto ocurra. El rechazo se produce en el 30-40% de los casos cuando el donante es paciente y en el 60-80% de los casos cuando el donante es un desconocido. Si se produce este rechazo, suele ocurrir durante los tres primeros meses posteriores al trasplante.
Y después, ¿sigo siendo donante?
Como hemos mencionado al principio, la donación de médula no es algo que solo pueda realizarse una vez en la vida. Algunas personas se preguntan si deben reservar esta donación por si algún pariente necesita de su médula más adelante. Como ya hemos dicho, no es necesario que conserves tu médula ósea por si algún familiar necesita esta donación ya que puedes hacerla más de una vez.
Cuando donas médula, quedas inscrito en un sistema de donantes. Este sistema te pone como donante inactivo durante el año posterior a haber donado la primera vez. Después de este tiempo, vuelve a activarte en sus sistema, lo que quiere decir que pueden volver a llamarte en el que caso de haber un paciente compatible. De nuevo, la donación es voluntaria.
Si tienes alguna otra duda sobre qué hay que hacer para donar médula, consulta con algún personal sanitario.