Por qué no hay nadie cómo Pau Gasol
Pau Gasol llegaba al Mundial de baloncesto tras una temporada para olvidar en la NBA. Primero, porque las lesiones y los vértigos le tuvieron todo el tramo final del curso sin pisar el parqué. Segundo, por que el técnico Mike D'Antoni no confiaba en él. Y tercero, porque los Lakers han tenido un año que sólo sirve para guardar en el fondo de ese cajón que acumula todos los trastos que no queremos ni ver.
Por esas razones, el pívot de la Selección Española ha cogido el Mundial con unas ganas de veinteañero que se quiere comer el mundo. Si a esa actitud se le suma la experiencia, el liderazgo y el talento, el resultado es lo que ayer se vio en el Palacio de los Deportes de Granada: 26 puntos, nueve rebotes y un destrozo a la selección de Brasil, que dio descanso a Splitter, Nené Hilario y Marcelinho Huertas cuando vio que la tormenta no tenía intención de escampar.
No son sólo las cifras lo que hacen grande a Gasol. Lo es la superioridad. Que tus rivales se sientan pequeños cuando pelean un rebote contigo. Que no sepan cómo defenderte porque no adivinan si les vas a salir con un gancho, un mate o te vas a ir al triple. Que tu polivalencia les despiste y tu confianza les supere.
Pau Gasol imita a John Lennon por una buena causa
¿Qué molestias físicas arrastra Pau Gasol?
Gasol es el referente de la Selección tanto de cara a los contrarios como a nivel interno. Sus compañeros le buscan y confían en él. Aún no ha ocurrido en este campeonato porque los de Orenga han ganado con clara superioridad los tres partidos disputados, pero, si hay que jugarse un tiro decisivo, ¿quién crees que va a recibir el balón? Ese privilegio no es gratis: hay que ganárselo.
Por todo eso no hay nadie como Pau Gasol.