Las 5 muertes más estúpidas de la historia
Atento a las 5 muertes más estúpidas de la historia. No digas que no te hemos avisado.
5. En la estación de esquí
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Imagina que te vas con tus amigos de esquí, que os pasáis con los chupitos de tequila y que se os ocurre, bentido alcohol, robar una de las colchonetas que usan como protección en la base de las barras metálicas de los telesillas. Y que os parece una buena idea usar la colchoneta como trineo. Y os lanzáis con ella, seguramente cantando, a viva voz, el "Highway to Hell" de AC/DC. Y sí, os estrelláis. ¿Sabéis con que? Efectivamente: con la misma barra metálica que habéis dejado sin protección. Tu amigo David Monk murió en el acto, llevándose un bonito premio Darwin.
4. Un DIY mortal
¿Puede exister una idea peor que hacerte por ti mismo una cuerda para saltar puenting? Quizás quedar con tu ex, pero, en éste último caso, no creo que se llegara a la muerte. Eric Barcia, de 22 años, decidió fabricarse una cuerda enorme por la que practicar un deporte que le apasionaba: el puenting. Calculó la distancia desde el puente al suelo, 20 metros y obró en consecuencia. De lo que no se acordó fue de que la cuerda se estira.
3. Un aterrizaje pasado por agua
No, no hay nada mejor que aterrizar en el agua. En efecto, el agua es un elemento mucho más liviano que la tierra y a Craig, un joven de Riverton que practicaba parapente, se le ocurrió aterrizar en el agua. Hasta ahí todo perfecto, pero tuvo la mala suerte de que el paracaídasse le llenó de agua y se ahogó. Fin de la historia.
2. Parkour y alcohol, una buena combinación
Marc y sus amigos hacían parkour por la ciudad. Decidieron saltar un hueco de 6 metros entre dos aparcamientos. Marc lo logró sin complicaciones, decidiendo ir al pub a celebrarlo. A la vuelta, con unas cuantas pintas de más, más borracho que una cuba, decidió volver a intentarlo. Pero claro, esta vez, se llevó una hostia de campeonato.
1. Una idea electrizante
En 1999, Rodney estaba tan tranquilo dando sus vueltas por el lago Washington con su moto actuática cuando empezó a quedarse sin batería. Llevó la moto hacia la orilla y, con la intención de cargar la batería, enchufó una de las pinzas a una toma de 100 voltios y se lanzó al agua sin soltar la pinza. Su cuerpo recibió una descarga mortal.
Ten cuidado, las muertes estupidas acechan a la vuelta de la esquina y nadie está a salvo.
