¿Hacemos bien dejando nuestra salud en manos de aplicaciones móviles?
Cada vez hay más aplicaciones que controlan nuestra salud, ¿hasta qué punto podemos fiarnos de ellas?
En el ámbito deportivo, las aplicaciones móviles y los wearables para controlar los pasos que damos, las pulsaciones o las calorías que quemamos cada día son más comunes. Pero también existen las que sirven para controlar enfermedades como la diabetes o las cardiopatías. Aunque consultar en el móvil nuestro estado de salud o cómo nuestro cuerpo responde ante determinados esfuerzos parezca algo del futuro, lo cierto es que esta tecnología está avanzando a pasos agigantados. La cuestión es ¿es peligroso que confiemos en las aplicaciones móviles para controlar nuestra salud?
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Por un lado, los médicos y especialistas aseguran que, gracias a esta tecnología, las visitas al médico quedarán reservadas, en un futuro, para casos puntuales en los que el paciente necesite visitar a un médico personalmente para algún tipo de prueba.
También aseguran que son las enfermedades crónicas las que se verán más beneficiadas de esta tecnología ya que los enfermos podrán llevar un control diario de su enfermedad sin tener que acudir a su especialista constantemente.
En cambio, este tipo de aplicaciones podrían tener también su lado negativo. Por ejemplo, si no interpretamos debidamente los resultados que nos ofrecen, los cuales deben ser interpretados, en muchos casos, por profesionales.
Otro aspecto negativo es que puede aparecer en la población una nueva forma de hipocondría que nos vuelva dependientes de estos aparatos y aplicaciones para conocer nuestro estado de salud en todo momento.
Así que, como ocurre en la mayoría de los casos, la clave para sacarle partido a la tecnología es usarla moderadamente y no volvernos dependientes de ella, aprovechando los beneficios que nos ofrecen las aplicaciones sobre salud.
