Flares Flares Flares

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¿Bengalas o llamaradas? El mero hecho de oír estas palabras hace que me duela todo el cuerpo y me den ganas de encogerme. Cuando se padece APs, una parte importante de la enfermedad consiste en hacer frente a los brotes. A veces, no hacemos nada malo y tenemos un brote. A veces, nos excedemos y tenemos un brote. A veces, el estrés puede desencadenar una crisis. A veces, estar enfermo puede provocar un brote. A veces, un medicamento o saltarse una dosis puede provocar una crisis. A veces, no hay ni rima ni razón que explique por qué tenemos un brote, y es extremadamente frustrante e impredecible.

Entonces, ¿qué desencadena realmente las reagudizaciones en los pacientes con APs? Hay muchas razones por las que tenemos brotes, pero vamos a profundizar en las causas de estos brotes y en lo que podemos hacer para intentar aliviar el dolor cuando se producen.

El estrés contribuye enormemente a los brotes. El estrés puede desencadenar la liberación de sustancias químicas que pueden hacer que el sistema inmunitario responda con inflamación del cuerpo. ¿Cómo podemos eliminar el estrés de nuestra vida diaria? Yo intento limitar todo lo que me causa algún tipo de estrés, ya sea físico, mental o emocional. Es muy importante encontrar un buen equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Duerme lo suficiente, bebe mucha agua, come alimentos sanos y haz ejercicio cuando puedas. También puede ayudar encontrar actividades que alivien el estrés, como caminar, escuchar música, cocinar, trabajar en el jardín, pintar, visitar a amigos o familiares, leer o escribir un diario. Intenta no excederte en ningún tipo de actividad, ya que puede causar más estrés en el cuerpo y las articulaciones, lo que provocará la aparición de brotes.

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¿Sabías que las lesiones y las infecciones también pueden provocar una respuesta autoinmune, que causa un aumento de los niveles de inflamación? Hablemos de cómo los medicamentos pueden provocar brotes. Dejar o interrumpir la medicación para la APs puede causar brotes importantes. A veces, cuando estamos enfermos, no tenemos más remedio que prolongar los medicamentos de nuestro tratamiento, y en ocasiones ese retraso puede provocarnos reagudizaciones. Algunos otros medicamentos, como los antibióticos, los betabloqueantes, los esteroides y el litio, también pueden provocar reagudizaciones. Si estás esperando a empezar a tomar una nueva medicación para la APs, a veces ese lapso de tiempo también puede provocar una reagudización. He pasado por muchos tipos de medicación para tratar la APs, y a veces la espera (que puede ser de semanas o meses) a que el seguro apruebe la nueva medicación puede hacer que mi cuerpo sufra una exacerbación.

Otro factor importante que contribuye a los brotes en las personas con APs es el clima. Cuando las estaciones cambian el tiempo y las temperaturas, los tendones, los músculos y el tejido cicatricial de las articulaciones suelen dilatarse, lo que provoca dolor y rigidez. Algunas personas sufren brotes de dolor articular cuando hace frío o llueve. A veces, se producen reagudizaciones los días en que hay mucha humedad. A veces, los días de nieve o las tormentas de nieve pueden provocar brotes. Incluso el calor extremo puede provocar brotes. Esto puede deberse a varios factores, como los cambios de presión barométrica. Las personas con dolor articular son más sensibles a los cambios de presión barométrica, lo que provoca brotes. Siempre bromeo con mis amigos diciendo que soy un barómetro humano, ¡porque puedo sentir los cambios meteorológicos en mi cuerpo antes de que se produzcan!

Entonces, ¿cómo podemos tratar de controlar los brotes? Parte de una mejor gestión consiste en prevenir las crisis desde el principio, lo que significa conocer y evitar cualquier tipo de desencadenante. Una buena forma de hacerlo es llevar un registro de los síntomas de la APs y de lo que ocurre en la vida diaria: la dieta, los patrones de sueño y los niveles de estrés. De este modo, puedes ayudar a identificar los acontecimientos desencadenantes o determinados alimentos. Asumir un papel activo en tu cuidado y tratamiento puede ayudarte a reducir los brotes y los desencadenantes en tu vida. Yo intento llevar un registro de mis desencadenantes, los días de tratamiento y organizar todos mis medicamentos. Además, siempre tengo bolsas de hielo, una almohadilla térmica, AINE y ropa cómoda para ponerme en caso de crisis.

Algunos brotes requieren algo más que autocontrol. Es fundamental que los pacientes con APs consulten a sus médicos si se sienten muy ansiosos o inseguros a la hora de manejar los síntomas de un brote por sí mismos. Recuerde que cuando sus brotes están fuera de control, su reumatólogo puede ajustar la dosis de su medicación, añadir otro fármaco a su régimen, cambiar a un fármaco diferente, o incluso puede tener que prescribir medicamentos más potentes o antiinflamatorios no esteroideos.

La comunicación es clave. Es posible que tengas que comunicarte más con tu médico, sobre todo si te acaban de diagnosticar la enfermedad, y hacerle saber lo que te ocurre. No lo dudes, ¡y no esperes! Con el paso del tiempo, y manejando los brotes por tu cuenta, es probable que aumente tu grado de autogestión. Te convertirás en tu propio experto y aprenderás a escuchar a tu cuerpo durante una crisis.

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