Enfermedades de la sangre: Glóbulos blancos y rojos, plaquetas y plasma
¿Qué son los trastornos de las células sanguíneas?
Un trastorno de las células sanguíneas es una enfermedad en la que hay un problema con los glóbulos rojos, los glóbulos blancos o las células circulantes más pequeñas llamadas plaquetas, que son fundamentales para la formación de coágulos. Los tres tipos de células se forman en la médula ósea, que es el tejido blando del interior de los huesos. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo. Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir las infecciones. Las plaquetas ayudan a la coagulación de la sangre. Los trastornos de las células sanguíneas afectan a la formación y función de uno o varios de estos tipos de células sanguíneas.
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de las células sanguíneas?
Los síntomas varían en función del tipo de trastorno de las células sanguíneas. Los síntomas más comunes de los trastornos de los glóbulos rojos son:
¿Qué pasa cuando los glóbulos blancos están altos?
¿Qué son los lunares rojos en la piel y a qué se deben?
- fatiga
- dificultad para respirar
- problemas de concentración por falta de sangre oxigenada en el cerebro
- debilidad muscular
- latidos rápidos del corazón
Los síntomas más comunes de los trastornos de los glóbulos blancos son
- infecciones crónicas
- fatiga
- pérdida de peso inexplicable
- malestar, o una sensación general de malestar
Los síntomas más comunes de los trastornos plaquetarios son
- cortes o llagas que no se curan o tardan en hacerlo
- sangre que no coagula después de una herida o corte
- piel que se magulla con facilidad
- hemorragias nasales inexplicables o sangrado de las encías
Hay muchos tipos de trastornos de las células sanguíneas que pueden afectar en gran medida a su salud general.
Trastornos de los glóbulos rojos
Los trastornos de los glóbulos rojos afectan a los glóbulos rojos del cuerpo. Estas son las células de la sangre que transportan el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo. Hay una gran variedad de estos trastornos, que pueden afectar tanto a niños como a adultos.
Anemia
La anemia es un tipo de trastorno de los glóbulos rojos. La falta de hierro en la sangre suele ser la causa de este trastorno. El cuerpo necesita hierro para producir la proteína hemoglobina, que ayuda a los glóbulos rojos a transportar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo. Hay muchos tipos de anemia.
- Anemia ferropénica: La anemia ferropénica se produce cuando su cuerpo no tiene suficiente hierro. Puede sentirse cansado y con falta de aliento porque sus glóbulos rojos no transportan suficiente oxígeno a los pulmones. Los suplementos de hierro suelen curar este tipo de anemia.
- Anemia perniciosa: La anemia perniciosa es una enfermedad autoinmune en la que el organismo no puede absorber cantidades suficientes de vitamina B-12. Esto da lugar a un bajo número de glóbulos rojos. Se denomina "perniciosa", que significa peligrosa, porque solía ser intratable y a menudo mortal. Ahora, las inyecciones de B-12 suelen curar este tipo de anemia.
- Anemia aplásica: La anemia aplásica es una enfermedad rara pero grave en la que la médula ósea deja de producir suficientes células sanguíneas nuevas. Puede aparecer de forma repentina o lenta y a cualquier edad. Puede hacer que te sientas cansado e incapaz de luchar contra las infecciones o las hemorragias incontroladas.
- Anemia hemolítica autoinmune (AHA): La anemia hemolítica autoinmune (AHA) hace que el sistema inmunitario destruya los glóbulos rojos más rápido de lo que el cuerpo puede reemplazarlos. Esto hace que tengas muy pocos glóbulos rojos.
- Anemia falciforme: La anemia de células falciformes (ACS) es un tipo de anemia que toma su nombre de la forma inusual de hoz de los glóbulos rojos afectados. Debido a una mutación genética, los glóbulos rojos de las personas con anemia falciforme contienen moléculas de hemoglobina anormales, que los dejan rígidos y curvados. Los glóbulos rojos con forma de hoz no pueden transportar tanto oxígeno a los tejidos como los glóbulos rojos normales. También pueden atascarse en los vasos sanguíneos, bloqueando el flujo de sangre a los órganos.
Talasemia
La talasemia es un grupo de trastornos sanguíneos hereditarios. Estos trastornos son causados por mutaciones genéticas que impiden la producción normal de hemoglobina. Cuando los glóbulos rojos no tienen suficiente hemoglobina, el oxígeno no llega a todas las partes del cuerpo. Así, los órganos no funcionan correctamente. Estos trastornos pueden provocar:
- deformidades óseas
- agrandamiento del bazo
- problemas cardíacos
- retrasos en el crecimiento y el desarrollo de los niños
Policitemia vera
La policitemia es un cáncer de la sangre causado por una mutación genética. Si usted tiene policitemia, su médula ósea produce demasiados glóbulos rojos. Esto hace que la sangre se vuelva más espesa y fluya más lentamente, con lo que se corre el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos que pueden causar ataques al corazón o derrames cerebrales. No se conoce ninguna cura. El tratamiento consiste en la flebotomía, o extracción de sangre de las venas, y la medicación.
Trastornos de los glóbulos blancos
Los glóbulos blancos (leucocitos) ayudan a defender el organismo contra las infecciones y las sustancias extrañas. Los trastornos de los glóbulos blancos pueden afectar a la respuesta inmunitaria del organismo y a su capacidad para combatir las infecciones. Estos trastornos pueden afectar tanto a adultos como a niños.
Linfoma
El linfoma es un cáncer de la sangre que se produce en el sistema linfático del cuerpo. Los glóbulos blancos cambian y crecen sin control. El linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin son los dos tipos principales de linfoma.
Leucemia
La leucemia es un cáncer de la sangre en el que los glóbulos blancos malignos se multiplican dentro de la médula ósea del cuerpo. La leucemia puede ser aguda o crónica. La leucemia crónica avanza más lentamente.
Síndrome mielodisplásico (SMD)
El síndrome mielodisplásico (SMD) es una enfermedad que afecta a los glóbulos blancos de la médula ósea. El organismo produce demasiadas células inmaduras, llamadas blastos. Los blastos se multiplican y desplazan a las células maduras y sanas. El síndrome mielodisplásico puede progresar de forma lenta o bastante rápida. A veces desemboca en una leucemia.
Trastornos plaquetarios
Las plaquetas de la sangre son las primeras en responder cuando se produce un corte u otra lesión. Se reúnen en el lugar de la lesión, creando un tapón temporal para detener la pérdida de sangre. Si tiene un trastorno plaquetario, su sangre presenta una de estas tres anomalías:
- No hay suficientes plaquetas. Tener muy pocas plaquetas es bastante peligroso porque incluso una pequeña lesión puede causar una grave pérdida de sangre.
- Demasiadas plaquetas. Si tiene demasiadas plaquetas en la sangre, pueden formarse coágulos que obstruyan una arteria principal, provocando un ictus o un infarto.
- Plaquetas que no coagulan correctamente. A veces, las plaquetas deformadas no pueden adherirse a otras células sanguíneas o a las paredes de los vasos sanguíneos, por lo que no pueden coagularse correctamente. Esto también puede provocar una peligrosa pérdida de sangre.
Los trastornos plaquetarios son principalmente genéticos, es decir, se heredan. Algunos de estos trastornos son:
Enfermedad de Von Willebrand
La enfermedad de von Willebrand es la enfermedad hereditaria más común
trastorno hemorrágico. Está causado por la deficiencia de una proteína que ayuda a la coagulación de la sangre, llamada factor de von Willebrand (VWF).Hemofilia
La hemofilia es probablemente el trastorno de la coagulación de la sangre más conocido. Se da casi siempre en varones. La complicación más grave de la hemofilia es el sangrado excesivo y prolongado. Esta hemorragia puede producirse tanto dentro como fuera del cuerpo. La hemorragia puede comenzar sin motivo aparente. El tratamiento consiste en una hormona llamada desmopresina para el tipo A leve, que puede promover la liberación de más factor de coagulación reducido, e infusiones de sangre o plasma para los tipos B y C.
Trombocitemia primaria
La trombocitemia primaria es un trastorno poco frecuente que puede provocar un aumento de la coagulación de la sangre. Esto supone un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón. Este trastorno se produce cuando la médula ósea produce demasiadas plaquetas.
Trastornos adquiridos de la función plaquetaria
Ciertos medicamentos y condiciones médicas también pueden afectar al funcionamiento de las plaquetas. Asegúrese de coordinar todos sus medicamentos con su médico, incluso los de venta libre que usted mismo elija. La Asociación Canadiense de Hemofilia (CHA) advierte que los siguientes medicamentos comunes pueden afectar a las plaquetas, especialmente si se toman a largo plazo.
- aspirina
- antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
- algunos antibióticos
- medicamentos para el corazón
- anticoagulantes
- antidepresivos
- anestésicos
- antihistamínicos
Trastornos de las células plasmáticas
Hay una gran variedad de trastornos que afectan a las células plasmáticas, el tipo de glóbulos blancos del cuerpo que producen anticuerpos. Estas células son muy importantes para la capacidad del organismo de evitar infecciones y enfermedades.
Mieloma de células plasmáticas
El mieloma de células plasmáticas es un cáncer de la sangre poco frecuente que se desarrolla en las células plasmáticas de la médula ósea. Las células plasmáticas malignas se acumulan en la médula ósea y forman tumores denominados plasmocitomas, generalmente en huesos como la columna vertebral, las caderas o las costillas. Las células plasmáticas anormales producen anticuerpos anormales llamados proteínas monoclonales (M). Estas proteínas se acumulan en la médula ósea, desplazando a las proteínas sanas. Esto puede provocar un espesamiento de la sangre y daños en los riñones. Se desconoce la causa del mieloma de células plasmáticas.
¿Cómo se diagnostican los trastornos de las células sanguíneas?
El médico puede pedir varias pruebas, como un recuento sanguíneo completo (CBC) para ver cuántos tipos de células sanguíneas tiene usted. También puede pedir una biopsia de médula ósea para ver si hay células anormales en la médula. Para ello, se extrae una pequeña cantidad de médula ósea para analizarla.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para los trastornos de las células sanguíneas?
Su plan de tratamiento depende de la causa de su enfermedad, su edad y su estado de salud general. Su médico puede utilizar una combinación de tratamientos para ayudar a corregir su trastorno de las células sanguíneas.
Medicación
Algunas opciones de farmacoterapia incluyen medicamentos como el Nplate (romiplostim) para estimular a la médula ósea a producir más plaquetas en un trastorno plaquetario. En el caso de los trastornos de los glóbulos blancos, los antibióticos pueden ayudar a combatir las infecciones. Los suplementos dietéticos como el hierro y la vitamina B-9 o B-12 pueden tratar la anemia debida a deficiencias. La vitamina B-9 también se llama folato, y la vitamina B-12 también se conoce como cobalamina.
Cirugía
Los trasplantes de médula ósea pueden reparar o sustituir la médula dañada. Consisten en la transferencia de células madre, normalmente de un donante, a su cuerpo para ayudar a su médula ósea a empezar a producir células sanguíneas normales. Una transfusión de sangre es otra opción para ayudarle a reponer las células sanguíneas perdidas o dañadas. Durante una transfusión de sangre, usted recibe una infusión de sangre sana de un donante.
Ambos procedimientos requieren criterios específicos para tener éxito. Los donantes de médula ósea deben ser compatibles o acercarse lo más posible a su perfil genético. Las transfusiones de sangre requieren un donante con un tipo de sangre compatible.
¿Cuál es el panorama a largo plazo?
La variedad de trastornos de las células sanguíneas significa que su experiencia de vivir con una de estas enfermedades puede variar mucho de la de otra persona. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son la mejor manera de garantizar una vida sana y plena con un trastorno de las células sanguíneas.
Los efectos secundarios de los tratamientos varían según la persona. Investiga tus opciones y habla con tu médico para encontrar el tratamiento adecuado para ti.
También es útil encontrar un grupo de apoyo o un consejero que te ayude a lidiar con el estrés emocional que supone tener un trastorno de las células sanguíneas.