El Resacón en Pekín de Pawel Fajdek
La frase "vas más pedo que Pawel Fajdek" ya empieza a incorporarse en los diccionarios de todo el mundo, ¿quieres saber por qué? Te lo contamos con la increíble historia del Resacón en Pekín de Pawel Fajdek.
El alcohol es todopoderoso. Porque 4 años de duro trabajo para conquistar el ansiado metal dorado en una competición internacional no pueden competir con las inquebrantables -y a ratos, deliciosas- consecuencias de la más salvaje de las fiestas, y el atleta polaco Pawel Fajdek, es el mejor ejemplo de ello. Te amamos Pawel. Tus gafas y tu barba de hipster ya nos tenían encandilados, pero es que tu última hazaña hace que Charlie Sheen parezca un "Straight Edge". Te adoramos Pawel, óyenos.
La historia comienza con nuestro héroe polaco triunfando al conseguir el flamante título de campeón del mundo de lanzamiento de martillo en Pekín 2015. El polaco es el mejor en lo suyo. Pero es que Pawel es incluso mejor en otras dos cosas: En el lanzamiento de medallas. Y en que la fiesta no termine. Porque durante la celebración organizada en un restaurante, nuestro forzudo amigo le dio a la botella cosa fina y de vuelta al hotel, con un pedo de oro, la borrachera suprema, pagó al taxista que le llevó con lo más brillante que llevaba a mano: Su medalla de oro. La misma por la que ha entrenado tan duro, tras recibirla unas horas antes en el podio chino.
Nos imaginamos la solución al dilema de Pawel: "Mira, me has costado mucho, pero ahora mismo soy el embajador mundial de la fiesta, un Chimo Bayo forzudo que va a demostrar que los Beastie Boys tenían razón en sus enseñanzas". Es decir, tienes que luchar por tu derecho a la fiesta. Ni más ni menos.
Di que sí Pawel -que en inglés chino significa "Poder"-, claro que tienes que luchar por tu derecho a petarlo. "Paaaaaaaartyyy..."
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Aunque más tarde, ya en el hotel, Fajdek tuvo esa típica fase breve de la borrachera de divina lucidez, fue consciente de lo que había hecho con su medalla y pidió ayuda a la policía china, que pudo encontrar al taxista para recuperarla.
Pero eso no es todo, porque aquí viene el clímax de tan épica historia: El conductor insistía en que la medalla era suya porque el polaco le había pagado la carrera con ella. Esta hazaña merece el mejor homenaje posible, cantar esta canción diciendo "¡Go! ¡Go! ¡Powel Fajdek!" en vez de "¡Power Rangers!". Se lo merece. Y todo gracias al Resacón en Pekín de Pawel Fajdek.