El nuevo fármaco para adelgazar "caballo de Troya" que altera el cerebro hace que el Ozempic parezca un juego de niños
Un nuevo "caballo de Troya" para adelgazar abre nuevas vías, no exentas de polémica, para el tratamiento de la obesidad.
En los últimos años se ha hablado mucho de la gran cantidad de nuevos medicamentos para adelgazar que han salido al mercado, sobre todo por parte de las compañías aéreas que quieren ahorrarse un dinero, y de la posibilidad de que la activación de la "grasa parda" ayude a perder unos kilos. Sin embargo, un nuevo avance puede haber superado a todos...
Los científicos han presentado un nuevo tipo de fármaco que podría revolucionar el tratamiento actual de la obesidad. Este nuevo fármaco, descrito por el Profesor Asociado Christoffer Clemmensen, del Centro de Investigación Metabólica Básica de la Fundación Novo Nordisk de la Universidad de Copenhague, aprovecha la plasticidad del cerebro para lograr una pérdida de peso significativa, superando potencialmente la eficacia de fármacos populares como el Ozempic.
El estudio de Clemmensen, publicado ayer en la revista Nature, destaca el uso de una hormona adelgazante conocida como GLP-1. Empleando el GLP-1 como "caballo de Troya", los investigadores consiguieron administrar una molécula específica directamente en el cerebro de ratones, dirigiéndola y alterando la plasticidad cerebral para inducir la pérdida de peso. Los resultados fueron claros y definitivos...
Cómo actúa el fármaco "caballo de Troya
""El efecto del GLP-1 combinado con estas moléculas es muy potente. En algunos casos, los ratones pierden el doble de peso que los tratados sólo con GLP-1", explica Clemmensen. Esto implica que los futuros pacientes podrían conseguir una pérdida de peso sustancial con dosis más bajas, reduciendo potencialmente la amplia lista de efectos secundarios habituales con los medicamentos actuales para adelgazar".
El fármaco se encuentra actualmente en fase preclínica, con pruebas realizadas en células y animales de experimentación. El siguiente paso crucial son los ensayos clínicos con seres humanos. Si tiene éxito, este nuevo fármaco podría cambiar las reglas del juego en la lucha contra la obesidad, ofreciendo una alternativa a quienes no responden bien a los tratamientos actuales.
La innovación clave reside en la capacidad del fármaco para afectar al sistema neurotransmisor glutamatérgico del cerebro -también era nuevo para nosotros, no se preocupen-, que desempeña un papel crucial en la regulación del apetito. Al unir al GLP-1 una molécula que bloquea el receptor NMDA, los investigadores crearon un enfoque más específico para la pérdida de peso que evita los efectos inespecíficos y los graves efectos secundarios de los tratamientos anteriores.
Clemmensen subraya las posibles aplicaciones más amplias de esta tecnología:
"En este estudio nos hemos centrado en la obesidad y la pérdida de peso, pero en realidad se trata de un enfoque completamente nuevo para administrar fármacos a partes específicas del cerebro. Así que espero que nuestra investigación pueda allanar el camino a toda una nueva clase de fármacos para tratar afecciones como las enfermedades neurodegenerativas o los trastornos psiquiátricos."
El futuro del tratamiento de la obesidad
Dado que el cuerpo humano evolucionó para defender y mantener un determinado peso corporal, principalmente para sobrevivir durante la escasez de alimentos, la epidemia de obesidad de la era moderna plantea un enorme desafío. Con más de mil millones de personas en todo el mundo clasificadas como obesas, la necesidad de tratamientos eficaces es más urgente que nunca.
El potencial de este nuevo fármaco para recablear las conexiones neuronales del cerebro supone un prometedor paso adelante y, aunque pueden pasar hasta ocho años antes de que este medicamento llegue al mercado, tenga por seguro que este redactor estará en primera fila cuando lo haga...