12 descubrimientos microscópicos que se hicieron "virales" en 2022
En los últimos años, los virus han ocupado casi constantemente los titulares de los medios de comunicación, sobre todo desde que comenzó la pandemia de COVID-19. Pero, por supuesto, la influencia de los patógenos se remonta al comienzo de la historia de la humanidad y más allá. Pero, por supuesto, la influencia de los patógenos se remonta a los inicios de la historia de la humanidad y más allá; de hecho, los virus han influido en la trayectoria de toda la vida en la Tierra. En 2022, estas 13 historias "virales" pusieron de relieve sólo algunas de las formas en que los patógenos afectan al cuerpo humano y al mundo en general.
1. 1. Los virus "zombis" del permafrost siberiano vuelven a despertar
Los científicos han aislado recientemente virus nunca vistos del permafrost y los ríos de Siberia, así como de lana de mamut conservada y los intestinos de un lobo ancestral. El equipo descongeló estos virus y determinó que algunos de ellos aún podían infectar amebas, a pesar de tener hasta 48.000 años de antigüedad. Aunque los virus recién descritos no pueden infectar a los humanos, otros virus que acechan en el permafrost -y que ahora se descongelan debido al cambio climático- teóricamente podrían hacerlo.
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2. El virus del herpes labial se propaga gracias a los besuqueos
El virus responsable del herpes labial, el virus del herpes simple 1 (VHS-1), probablemente adquirió importancia hace unos 5.200 años, posiblemente debido a la creciente popularidad de los besos como costumbre, sostienen algunos investigadores. Los herpesvirus, en general, existen desde mucho antes de la Edad de Bronce. Pero en esa época, las migraciones masivas de personas de Eurasia a Europa -y las sesiones de besuqueo que tuvieron lugar por el camino- pueden haber ayudado a impulsar el surgimiento de la versión moderna del VHS-1.
3. Virus con nombres de dioses nórdicos
Los científicos han descubierto las huellas genéticas de un misterioso grupo de virus capaces de infectar a las arqueas Asgard, antiguos microbios que existieron en la Tierra antes de las primeras células complejas. Estos virus, bautizados con nombres de figuras de la mitología nórdica, pueden haber influido en el surgimiento de la vida compleja en la Tierra, en parte, al suministrar un precursor del núcleo que ahora transporta el ADN en las células complejas.
4. El virus "mono" podría desencadenar una enfermedad autoinmune
El virus que está detrás de la "mononucleosis" puede impulsar el desarrollo de la esclerosis múltiple (EM), una enfermedad autoinmune que afecta al cerebro y la médula espinal, en personas susceptibles de padecerla. Los científicos todavía están aprendiendo por qué el virus, llamado virus de Epstein-Barr, está fuertemente vinculado a la EM, pero tienen algunas teorías sobre cómo podría desencadenar la enfermedad.
5. Virus gigantes en un lago del Ártico
El lago epishelf de Milne Fiord se encuentra a menos de 800 kilómetros del Polo Norte y contiene virus gigantes que infectan a sus algas residentes. Estos virus gigantes pueden ser más grandes que algunas bacterias y contienen un ADN de una complejidad comparable. Los científicos siguen descubriendo nuevas variedades de virus gigantes, aprendiendo cómo funcionan sus genes y cómo infectan las células.
6. Los virus acaban con las superbacterias
Los virus que infectan a las bacterias, o "bacteriófagos", pueden aumentar la eficacia de los antibióticos y eliminar las superbacterias resistentes a los fármacos que, de otro modo, desafiarían el tratamiento. En un caso fascinante, los médicos cultivaron virus en placas de laboratorio junto con una superbacteria bacteriana y seleccionaron el mejor asesino del grupo. A continuación, liberaron ese virus seleccionado en la infección crónica de una mujer, ayudando a curarla finalmente.
7. Los virus antiguos muestran una amplia actividad en el cuerpo humano
En el genoma humano hay restos de antiguos virus. Estos fragmentos genéticos, que antes se consideraban "ADN basura" no funcional, están activos en tejidos de todo el cuerpo. Lo que estos virus hacen en el tejido sano sigue siendo un misterio, y la respuesta es probablemente diferente en cada tipo de tejido.
8. Virus nunca vistos en el océano
Un equipo de científicos ha rastreado los océanos del mundo en busca de virus que contengan ARN, un primo molecular del ADN. En total, identificaron unas 5.500 especies de virus de ARN nunca antes vistas. Para categorizar todos los nuevos virus, el equipo propuso duplicar el número de grupos taxonómicos utilizados para clasificar los virus de ARN, pasando de los cinco phyla existentes a 10 phyla.
9. Los virus oceánicos pueden afectar al flujo de carbono a través del ecosistema
Miles de virus ARN descubiertos recientemente en los océanos del mundo infectan a una gran variedad de huéspedes, como hongos, algas, amebas e incluso algunos invertebrados. Al infectar organismos que extraen dióxido de carbono de la atmósfera, estos misteriosos virus podrían influir en la forma en que el carbono fluye por el océano en general, afirman los científicos.
10. Las garrapatas portadoras de virus baten un récord
Un número sorprendentemente alto de garrapatas del parque recreativo del municipio de Lawrence, en Pensilvania, son portadoras de un virus potencialmente mortal llamado virus de la garrapata del ciervo, que puede transmitirse a los seres humanos a través de las picaduras de garrapata. De 25 garrapatas muestreadas en el parque en un estudio reciente, el 92% dieron positivo en las pruebas del virus. En comparación, la tasa de infección más alta entre las garrapatas medida previamente en un solo sitio de EE.UU. fue del 25%.
11. El cambio climático puede empujar los brotes de "encefalitis japonesa" hacia el sur
La "encefalitis japonesa" (EJ), una enfermedad vírica que en ocasiones puede desencadenar una peligrosa inflamación del cerebro, llegó al sur de Australia en 2022, una región en la que no se había extendido anteriormente. El virus de la EJ se transmite a los humanos a través de las picaduras de mosquitos infectados y suele afectar a personas de Asia y partes del Pacífico Occidental. Su aparición en Victoria, Nueva Gales del Sur, Australia Meridional y Queensland insinúa que el cambio climático puede estar ampliando el área de distribución de la enfermedad hacia el sur.