¿Por qué Hamilton y los Mercedes son imparables?
El británico sigue mostrando un dominio insultando a bordo de su flamante monoplaza. ¿Por qué Hamilton y los Mercedes son imparables?
Con un nuevo golpe de autoridad durante el pasado Gran Premio de Rusia, Lewis Hamilton ya tiene el título prácticamente en su bolsillo con setenta puntos de diferencia con respecto al segundo clasificado, Sebastian Vettel. Una diferencia imposible de salvar teniendo en cuenta el increíble dominio que presenta la escudería Mercedes, que ya ha ganado el mundial de constructores. A menos que ocurra una desgracia, el piloto británico tiene motivos más que de sobra para ser el piloto más feliz de la parrilla de cara a revalidar su título y conseguir su tercer mundial, una proeza sólo al alcance de los pilotos más grandes de la historia.
El líder absoluto del Mundial se ha mostrado imparable durante el campeonato con sus nueve victorias, por una sencilla razón, al margen de sus indudables cualidades como piloto: Su flamante monoplaza, el Mercedes W06, que ha desatado las quejas del resto de escuderías de la parrilla, con una superioridad que ha hecho que se acuse directamente a la FIA por sus constantes cambios de reglamento que están provocando que el máximo organismo de la F1 se esté cargando la competición. Aburrida, falta de emoción, y en la que las manos de los pilotos son irrelevantes cuando un hombre compite con un cohete frente a triciclos, recordando alguno de los años más oscuros con Ross Brawn como director técnico e ingeniero jefe de Ferrari en la era Schumacher.
A principios de año, Bernie Ecclestone ya avisaba de que Hamilton repetiría su títutlo y hacía saltar las alarmas con sus declaraciones al asegurar de que Mercedes tenía la clave para dominar durante los próximos tres años sin despeinarse, gracias a su prototipo desarrollado en 2014, una obra de la ingeniería que gracias a su unidad de potencia mostraba diferencias insalvables respecto al resto de monoplazas. Su mejora en un motor de doble turbina y su increíble sistema de recuperación de energía llegaba antes de las nuevas reglas de la FIA que impedían, por falta de tiempo, introducir la misma mejora en el resto de vehículos por falta de tiempo para su desarrollo, así que, fruto de la casualidad o no, al resto de equipos no les ha quedado más remedio que resignarse, y todo apunta a que el año que viene se repetirá el mismo guión, porque Hamilton y los Mercedes son imparables.