Los Warriors pueden con Lebron
Al final los Warriors fueron más fuertes que Lebron James. El equipo californiano, liderado por Curry –MVP de la temporada regular- se alzó con el anillo de campeones de la NBA 40 años después de su última victoria.
La final parecía inclinada hacia los de Cleveland con el 1-2, pero los de Curry consiguieron, con mucho empeño, dar la vuelta al resultado hasta el 4-2 que les ha dado el ansiado anillo.
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El gran atractivo de la final ha sido el enfrentamiento entre los dos titanes: Curry y Lebron, dos monstruos imparables que no han dejado de dar juego durante todos los partidos. Pero su situación era muy diferente. Mientras el equipo de Curry llegaba como favorito y en las mejores condiciones, el de Lebron tuvo que hacer frente a las bajas de Irving, Kevin Love y Varejao.
Lebron se multiplicó por tres para suplir las bajas y asombró a todos con una demostración de talento increíble y no exenta de calamidades, como su caída sobre un cámara y su posterior exhibicionismo involuntario, como ya os contamos hace poco. Pero ni Lebron James puede romper el gafe de Cleveland, una ciudad que lleva sin ganar un título profesional en ningún deporte desde 1964. Lebron ha perdido las dos finales que ha disputado con los Cavaliers, de hecho. El único consuelo que le queda al campeón es su merecida designación como MVP de la final.
En oposición, Curry estuvo arropado siempre por un equipo en estado de gracia y por su amuleto personal, su hija, que además de salada ha demostrado ser efectiva como talismán.
Al final los Warriors doblegaron a Lebron, pero para la historia quedará una de las finales de la NBA más intensa y llena de interés de los últimos años.
