Las madres primerizas son más propensas a sufrir pareidolia, cuando el cerebro cree ver caras en objetos inanimados
Una sonrisa pícara en una tostada quemada o una mirada hosca en los "ojos" de un enchufe: cuando empieza a ver caras en objetos inanimados, puede estar experimentando "pareidolia", un fenómeno en el que las personas perciben imágenes significativas en patrones visuales que, de otro modo, serían aleatorios.
Y según una nueva investigación, si acabas de tener un bebé, podrías ser más susceptible a la llamada pareidolia facial.
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En un nuevo estudio, publicado el miércoles (13 de septiembre) en la revista Biology Letters, los científicos mostraron una colección de imágenes a casi 380 mujeres, de las cuales unas dos quintas partes estaban embarazadas o habían dado a luz en el último año y el resto no estaban embarazadas.
"Descubrimos que las mujeres posparto valoraban los objetos con caras ilusorias como más 'parecidos a caras' que las mujeres embarazadas y las que no lo estaban", afirma en un comunicado Jessica Taubert, autora principal del estudio y psicóloga de la Universidad de Queensland (Australia).
6 efectos interesantes de la oxitocina
Taubert y su equipo plantean la hipótesis de que esto se debe probablemente a que después del parto estas mujeres tienen niveles elevados de oxitocina, apodada la hormona del "amor" o del "abrazo" porque regula muchos procesos corporales relacionados con la reproducción y el comportamiento social.
"La oxitocina es conocida por reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover comportamientos maternales como la lactancia [producción y secreción de leche materna], por lo que podría contribuir a una mayor sensibilidad a la hora de percibir caras en los objetos", afirma Taubert. Sin embargo, como el equipo no midió directamente los niveles de oxitocina en el estudio, advierte que otros factores podrían haber causado estas diferencias entre los grupos.
Según los autores, la pareidolia facial es frecuente, pero hasta ahora se desconocía si nuestra susceptibilidad al fenómeno cambia a lo largo de la vida.
Anteriormente, en un artículo de 2022, Taubert y su equipo revelaron que los adultos de distintas edades eran más propensos a ver rostros masculinos en objetos inanimados que rostros femeninos. "Posteriormente se pusieron en contacto con nosotros mujeres que afirmaban ver caras en objetos con más frecuencia después de dar a luz, así que realizamos un experimento para examinar esta teoría", explica Taubert.
Dado que se ha descubierto que la oxitocina interviene en la percepción de rostros y expresiones faciales, su equipo planteó la hipótesis de que las personas que atraviesan etapas de la vida en las que los niveles de oxitocina son elevados, como durante el embarazo o el posparto, pueden ser más propensas a experimentar pareidolia. En general, se ha observado que la oxitocina aumenta durante el embarazo, alcanza su nivel máximo poco después del parto y luego disminuye gradualmente.
A las mujeres del nuevo estudio se les mostraron 320 imágenes en orden aleatorio y se les pidió que las clasificaran en una escala de 11 puntos en función de si veían bien o mal una cara. Treinta y dos imágenes eran de rostros humanos reales, 32 de objetos "sin rostro", como una foto de una hamburguesa o un huevo frito, y 256 eran de objetos que parecían tener rostro, como burbujas en la superficie de una taza de café.
En general, las mujeres identificaban fácilmente los rostros humanos reales y no veían rostros en los objetos "sin rostro". La diferencia sólo se producía cuando miraban rostros ilusorios y, en este caso, las mujeres posparto salían ganando.
"Estos datos, recogidos en Internet, sugieren que nuestra sensibilidad a los patrones faciales no es fija y puede cambiar a lo largo de la edad adulta", escriben los autores en el artículo. La mayor sensibilidad de las mujeres después del parto puede favorecer el vínculo social, y la oxitocina puede ser responsable de ello, señalan. Pero, de nuevo, se trata de una idea que hay que probar.
"Los resultados despiertan curiosidad", declaró a The Guardian Joydeep Bhattacharya, catedrático de Psicología de la Universidad Goldsmiths de Londres que no participó en la investigación. "Pero necesitamos réplicas más sólidas y mediciones adecuadas para sacar conclusiones fiables".