Enjambre de terremotos mortales en Japón causados por el magma que se desplaza por un volcán extinto
Un enorme enjambre de terremotos que sacude Japón desde hace tres años parece ser el resultado del movimiento de fluidos a través de un volcán extinguido y colapsado, según sugiere una nueva investigación.
El enjambre se está produciendo en la península de Noto, junto al mar de Japón, en la costa norte del país. No ha habido actividad volcánica en esta zona desde hace 15,6 millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio publicado el 8 de junio en la revista JGR Solid Earth revela que los seísmos se producen siguiendo un patrón que sugiere que el magma líquido sigue moviéndose bajo la superficie de una antigua caldera colapsada.
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"Este enjambre de terremotos fue causado por el movimiento ascendente de fluidos a través de una compleja red de fallas", explicó a Live Science el autor principal del estudio, Keisuke Yoshida, científico de la Tierra del Centro de Investigación para la Predicción de Terremotos y Erupciones Volcánicas de la Universidad de Tohoku (Japón).
El enjambre comenzó en diciembre de 2020. Desde entonces, se han producido más de 1.000 seísmos de magnitud 2 o superior, incluido uno de magnitud 5,4 en junio de 2022 y otro de magnitud 6,5 en mayo de 2023 que causó la muerte de una persona y heridas a decenas más.
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Yoshida y sus colegas investigaron el enjambre estudiando las ondas sísmicas de más de 10.000 seísmos de magnitud 1 o superior ocurridos en la zona en los últimos tres años.
Los investigadores descubrieron que los seísmos se originaron a 20 kilómetros de profundidad en la corteza terrestre, antes de migrar gradualmente a profundidades menores. Según los investigadores, esto es coherente con el ascenso de fluidos a través de una red de fallas ya existente. La ubicación de los epicentros de los seísmos sigue un patrón circular, lo que sugiere una estructura anular en esta red de fallas. Esto podría indicar la existencia de una antigua caldera colapsada de un volcán ya extinguido.
Según los investigadores, no es raro que los volcanes muertos hace mucho tiempo conserven bolsas de magma viscoso, y cuando estos fluidos se mueven, pueden deformar la corteza y hacer que las fallas se deslicen y resbalen unas contra otras.
Los enjambres de este tipo pueden ocurrir en cualquier momento en las zonas de subducción, donde la trituración de una placa bajo otra mueve continuamente fluidos alrededor de la corteza, dijo Yoshida. También es posible que el devastador terremoto de magnitud 9,1 que sacudió Tohoku en 2011 desencadenara un movimiento de fluidos que aún resuena hoy en día.
La cuestión ahora, según Yoshida, es cómo este enjambre actual pasó de muchos seísmos pequeños al temblor grande y dañino que se produjo en mayo de este año. El equipo está trabajando para comprender cómo pudo moverse la corteza sin sacudidas -un fenómeno denominado deslizamiento asísmico- antes de ese seísmo.
"Me gustaría obtener información sobre el proceso de transición desde el enjambre de terremotos hasta el terremoto de M6,5 que se produjo en mayo de 2023", dijo Yoshida. "En concreto, necesitamos conocer las condiciones de fluido y deslizamiento asísmico previas al terremoto de M6,5".