¿Conoces la historia de venganza que hay detrás de la peor entrada del fútbol?
CON ROY KEANE NO SE JUEGA
¿Conoces la historia de venganza que hay detrás de la peor entrada del fútbol?
La historia del fútbol está plagada de terroríficas entradas que han pasado a la posteridad como las duras. La de Goikoetxea a Maradona, la de De Jong a Xabi Alonso, y la que sin duda, es la peor de todas, la del mito del Manchester United, Roy Keane al noruego, Alf-Inge Haaland. Una brutal patada que además, tiene una increíble historia de venganza detrás.
En 1997 el Manchester United se enfrentaba al Leeds en un partido de Premier League. En una de las jugadas del encuentro, Roy Keane trató de zancadillear a Alf-Inge Haaland, para evitar la internada en el área de este joven debutante noruego, pero por culpa de un mal movimiento, el jugador irlandés sufría una de las lesiones más duras para un jugador: rotura del ligamento cruzado anterior. Con Keane tendido en el terreno de juego, Haaland corrió hacia él a recriminarle que se estuviera quejando y protestó al árbitro diciendo que el rudo defensa irlandés estaba fingiendo para evitar la tarjeta por la entrada que acababa de hacer.
Se notaba que Haaland acababa de debutar, se había enfrentado al temible Roy Keane, y su novatada tendría unas consecuencias catastróficas para su prometedora carrera deportiva. La víctima de sus burlas era uno de los jugadores más duros de la historia, y con un año de baja por delante, estamos seguros de cómo fue el proceso en que su mente se fue envenenando: Una foto del defensa noruego con una cruz sobre su cara en su mesilla junto a un revólver y una Biblia. la venganza empezaba a fraguarse.
En 1997 el Manchester United se enfrentaba al Leeds en un partido de Premier League. En una de las jugadas del encuentro, Roy Keane trató de zancadillear a Alf-Inge Haaland, para evitar la internada en el área de este joven debutante noruego, pero por culpa de un mal movimiento, el jugador irlandés sufría una de las lesiones más duras para un jugador: rotura del ligamento cruzado anterior. Con Keane tendido en el terreno de juego, Haaland corrió hacia él a recriminarle que se estuviera quejando y protestó al árbitro diciendo que el rudo defensa irlandés estaba fingiendo para evitar la tarjeta por la entrada que acababa de hacer.
Se notaba que Haaland acababa de debutar, se había enfrentado al temible Roy Keane, y su novatada tendría unas consecuencias catastróficas para su prometedora carrera deportiva. La víctima de sus burlas era uno de los jugadores más duros de la historia, y con un año de baja por delante, estamos seguros de cómo fue el proceso en que su mente se fue envenenando: Una foto del defensa noruego con una cruz sobre su cara en su mesilla junto a un revólver y una Biblia. la venganza empezaba a fraguarse.
Una vendetta que tendría que esperar hasta 4 años después, en el año 2001, con Haaland jugando en el Manchester City. Un derbi ante el eterno rival parecía el escenario perfecto para consumar su venganza. Y así lo hizo.
A pesar de que había esperado durante años, de repente la ansiedad invadió a Roy Keane nada más comenzar el encuentro. No se cortó ni un pelo, tenía prisa, y en la primera jugada en la que vio que se iba a encontrar con él, un balón dividido se presentaba como la excusa perfecta y el irlandés hacía esta animalada:
A pesar de que había esperado durante años, de repente la ansiedad invadió a Roy Keane nada más comenzar el encuentro. No se cortó ni un pelo, tenía prisa, y en la primera jugada en la que vio que se iba a encontrar con él, un balón dividido se presentaba como la excusa perfecta y el irlandés hacía esta animalada:
Los que estaban más cerca de la jugada dijeron que el crujido de la rodilla destrozada les heló la sangre. El noruego estaba tendido en el suelo y Keane se acercó para dejar su recado después de la patada: "Jódete cabrón, ya no volverás a reírte de mí", acompañando el gesto de un escupitajo para mayor desprecio. No le hizo falta ni mirar protestar al árbitro, se dirigió hacia el túnel de vestuarios directamente sin mirar como el colegiado sacaba la roja y el brutal daño que había causado a sus espaldas, como los más duros.
La escalofriante entrada obligó a un jovencísimo Haaland a dejar el fútbol con una lesión irreparable cuando todavía le quedaba una larga carrera por delante. Un hecho del que el irlandés no se arrepiente lo más mínimo. Muchos años después, ya en frío, explicaba en su autobiografía, "The Second Half", por qué no hay que pasarse ni un pelo con él:
"El que la hace la paga, ojo por ojo. Hay muchas cosas de las que me arrepiento en mi vida, y esa entrada no es una de ellas".
Con la foto de Haaland ya fuera de su mesilla, Roy Keane apura un trago de su botella de whiskey, guarda su revólver y arranca las páginas de la Biblia que hablan sobre lo de poner la otra mejilla. Esta es la historia de venganza detrás de la peor entrada del fútbol.
"El que la hace la paga, ojo por ojo. Hay muchas cosas de las que me arrepiento en mi vida, y esa entrada no es una de ellas".
Con la foto de Haaland ya fuera de su mesilla, Roy Keane apura un trago de su botella de whiskey, guarda su revólver y arranca las páginas de la Biblia que hablan sobre lo de poner la otra mejilla. Esta es la historia de venganza detrás de la peor entrada del fútbol.