Brasil ya no es Brasil
Brasil ya no es Brasil. Es un equipo que no tiene la magia, la suerte y el empuje que hicieron de esta selección el sueño de cualquier entrenador. Brasil se ha pegado el batacazo en esta Copa América como se lo pegó el año pasado en su propio Mundial, donde el 1-7 que le endosó Alemania sigue escociendo a la canarinha.
¿Qué le pasa a la selección más laureada de la historia?, ¿por qué ya no asusta?, ¿por qué no gana? Los responsables de la Federación brasileña no apuntan al seleccionador, Dunga, al que acaban de renovar a pesar de los últimos resultados adversos y ese juego tan deslucido que muestra Brasil en los últimos años. Los aficionados, en cambio, pedían a gritos su dimisión.
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Pero más allá del seleccionador el problema está en los jugadores. Brasil no ha sido nunca un referente de férreas defensas pero en esta Copa América esta línea ha sido letal para las aspiraciones canarinhas. Los fallos de Ribeiro y Douglas Costa en el partido contra Paraguay fueron significativos: sus inseguridades llevaron al empate y de ahí a los penalties.
La magia de Brasil siempre ha estado en la punta, pero llevan bastantes años sin contar con un 9 puro, un Romario, un Pelé, que lleve la batuta del equipo. Neymar no cuenta, pues su posición es mucho más libre.
Donde sí encaja Neymar es como crack del fútbol mundial, otro apartado en el que los brasileños fallan últimamente. ¿Alguien sabría recitar la alineación de Brasil?, es más, ¿cómo puede ser que Robinho sea una de sus estrellas? Algo no cuadra. La fábrica de futbolistas de Brasil parece haber quebrado y ese país que exportaba magia parece vulgar y anodino.
Así que la falta de una generación con chispa y las pocas ganas de reinventarse y seguir viviendo de las rentas son dos de los elementos que consiguen que, a día de hoy, Brasil ya no es Brasil.
